En Bolivia, 710 mujeres
autoridades electas fueron víctimas de acoso y violencia política, en estos
últimos seis años, es decir, un promedio de dos casos por semana, según los
reportes del Centro de Atención y Monitoreo de Acoso y Violencia Política de la
Asociación de Concejalas y Alcaldesas de Bolivia (ACOBOL). En 2023, de las 151
denuncias, 52 están relacionadas con la denominada “gestión compartida”.
Según los
registros de la Acobol, en 2018, se han recibido 117 casos de acoso y violencia
política; en 2019, 127 casos; en 2020, 160 casos; en 2021, 79 casos; en 2022,
76 casos; y en 2023, 151 casos.
De las
151 denuncias registradas la pasada gestión, 30 corresponden al
departamento de Santa Cruz, seguido por Chuquisaca con 29, La Paz con 26,
Cochabamba con 20, Potosí con 17 y Pando con 10 casos. Mientras que Beni reportó nueve casos; Oruro, seis
y Tarija, cuatro.
Del total de las
denuncias registradas en 2023, el 92% (139) de las víctimas presentó la
denuncia en la vía administrativa, el 5% (7) en la vía penal y el 3% (5) ante
la instancia electoral.
“Estas cifras muestran
que varias concejalas recién se han animado a denunciar, ya sea porque están
informadas o conocen sus derechos bajo la Ley 243”, apunta Mayra Poveda, responsable
del Centro de Atención y Monitoreo de Acoso y Violencia Política de ACOBOL.
Pero advierte que, detrás
de estos números, hay una “cifra negra”, es decir, de “muchas” mujeres
autoridades que no se animan a denunciar por miedo a las represalias o porque
hay un compromiso con su organización.
De acuerdo con el reporte
de la ACOBOL, en los 151 casos de acoso y violencia política registrados, la
principal causa está relacionada por la gestión compartida, con 52 casos. La segunda
es por ingobernabilidad y conflicto de atribuciones, con 15 casos y la tercera,
por discriminación, con 13 casos. Las otras 52 denuncias están vinculadas con la
fiscalización, conflictos por afinidad política, retención de salarios y
divulgación de información falsa.