Bolivia vuelve a las urnas y las mujeres enfrentan un doble desafío en el ámbito político

Bolivia vuelve a las urnas y las mujeres enfrentan un doble desafío en el ámbito político

2020-10-12


La Paz, 12 de octubre de 2020.- En puertas de un nuevo proceso electoral, las mujeres bolivianas enfrentan un doble desafío. Por un lado, preservar las conquistas logradas en el ámbito de la representación política y que ubica al país en el podio mundial de mujeres en el Parlamento y, por otro, que el acceso a nuevos espacios de decisión esté exento de acoso y violencia política.

El 18 de octubre, Bolivia volverá a las urnas, después de que los comicios generales de 2019 fueran anulados. Se trata de la decimoséptima elección de las autoridades nacionales, desde que se instauró el sufragio universal en el país, en 1952. Han transcurrido 64 años desde los primeros comicios nacionales (1956) con participación de las mujeres como electoras y candidatas, y desde entonces ellas todavía luchan por superar las profundas brechas que las apartan de un ejercicio pleno de sus derechos políticos.

A pocos días de los comicios, ninguna de las siete fuerzas políticas en carrera electoral cumple a cabalidad los criterios de paridad y alternancia establecidos por la normativa electoral boliviana, para las listas de candidaturas. La Ley N° 026 del Régimen Electoral, en su artículo 11, señala que “Las listas de candidatas y candidatos a senadoras y senadores, diputadas y diputados, asambleístas departamentales y regionales, concejalas y concejales municipales, y otras autoridades electivas, titulares y suplentes, respetarán la paridad y alternancia de género entre mujeres y hombres, de tal manera que exista una candidata titular mujer y, a continuación, un candidato titular hombre; un candidato suplente hombre y, a continuación, una candidata suplente mujer, de manera sucesiva”.  A su vez, el artículo 107 de dicha ley señala que el ente electoral boliviano debe rechazar la totalidad de la lista de un partido o alianza en caso de incumplimiento.

Mujeres organizadas de todo el país, articuladas en torno a la Coordinadora de la Mujer, realizaron diferentes acciones de incidencia para exigir el estricto cumplimiento de la paridad en las listas de candidaturas. Desde reuniones con autoridades electorales y delegados de las organizaciones políticas contendientes, pasando por campañas comunicacionales sostenidas, hasta vigilias en puertas de tribunales electorales de todo el país fueron parte de dichas acciones, en el marco de la iniciativa #Protagonistas: Paridad-Poder-Juventudes, impulsada en alianza con IDEA Internacional.

Cabe recordar que Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en representación política de mujeres en el Parlamento, después de Ruanda y Cuba. En marzo de este año, la Unión Interparlamentaria y ONU Mujeres publicaron el mapa Mujeres en la Política 2020, donde se observa que Bolivia sigue siendo referente mundial en participación política de mujeres, desde que en 2014 se conformó la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) con 50% de presencia de mujeres en la Cámara de Diputados y 44% en la Cámara de Senadores.

Si las fuerzas políticas y el organismo electoral boliviano no garantizan la paridad en las listas de candidaturas, se reducen las posibilidades de que la ALP tenga una composición paritaria entre hombres y mujeres. El paso de candidatas a parlamentarias depende de la presentación de listas de candidaturas con paridad, del voto ciudadano y de cómo el sistema electoral transforma esos votos en escaños. Esos tres factores determinan la probabilidad de que la ALP mantenga o incremente el porcentaje de mujeres que tiene en su interior y, por ende, su carácter paritario. Las listas de candidaturas, sin embargo, no solamente son el factor fundamental sobre el que actúan los otros dos (votos y escaños), sino que dependen de las organizaciones políticas y de que el organismo electoral haga cumplir la normativa sobre paridad, en el marco de sus atribuciones.

Acoso y violencia política

Pero estas elecciones nacionales, las mujeres bolivianas no sólo exigen las mismas oportunidades que los hombres de acceder al poder, sino a ejercerlo en igualdad de condiciones. Bolivia es pionera al contar con un cuerpo normativo favorable a la paridad y a la participación política de las mujeres sin acoso ni violencia política.

Además de la Ley N° 243 contra el acoso y violencia política hacia las mujeres, en Bolivia, el Tribunal Supremo Electoral aprobó un reglamento que sanciona este tipo de violencia contra las mujeres candidatas, de cara a los comicios de este año. Por ejemplo, el artículo 25, inciso i, establece que es una falta grave “divulgar por cualquier medio información ostensiblemente falsa relativa a las funciones políticas–públicas de las personas, en especial de las mujeres, con el objetivo de desprestigiar su candidatura”. Así también, el inciso j identifica como una falta grave “impedir, obstaculizar o limitar las candidaturas, en especial de mujeres, o ejercer presión para la renuncia a su candidatura o a su posesión”.

De la paridad democrática a la democracia paritaria es uno de los principales desafíos de las mujeres bolivianas.  “Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos -con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado boliviano-, las mujeres continuamos en la periferia del poder político. El poder central y los niveles de poder estratégico permanecen como ejercicio masculino”, señala la Agenda Política desde las Mujeres, un documento que condensa las principales demandas y propuestas del movimiento de mujeres de Bolivia.