Nayra, Diana, Rosaura… ¿Cuántos nombres más se sumarán a la lista roja de feminicidios en el país? Han pasado más de cuatro años desde la promulgación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, Ley N° 348, sin embargo, la Coordinadora de la Mujer observa que pocos son los avances que se pueden destacar este 25 de noviembre, cuando se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
El caso de Nayra es uno de los últimos feminicidios que ha conmocionado a la sociedad paceña. Tenía 20 años y murió, según las investigaciones preliminares, después de que su enamorado le diera un golpe en el hígado que le provocó una hemorragia interna y, finalmente, terminó con su vida.
Sólo en el primer semestre de 2017, el Ministerio Público registró 33 feminicidios, los cuales se suman a los 300 ocurridos entre 2013 y 2016, según la misma fuente. Y en los últimos días, solo el departamento de La Paz ya superó el número de feminicidios con los que cerró la gestión pasada, 27. La Defensoría del Pueblo, en un informe especial, estimó que siete de cada diez mujeres bolivianas sufrieron abuso sexual alguna vez en su vida, lo que ubica a Bolivia como el segundo país de la región con mayores índices de violencia sexual.
Sobre lo último, en 2016, de las 18445 causas ingresadas a instancias policiales por la Ley 348, un total de 1521 tuvieron que ver con delitos de orden sexual: abuso sexual, violación y violación de niña, niño o adolescente, de acuerdo con datos del Consejo de la Magistratura.
En criterio de Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, preocupa de sobremanera que la edad de las mujeres víctimas de violencia sea cada vez menor y que persistan entre las jóvenes ideas y mitos sobre las relaciones de pareja que sostienen comportamientos de celos, control y violencia. “Éstos son asumidos como expresiones de amor y explican, en gran medida, cómo las mujeres desarrollamos dependencia emocional y en cómo devienen en situaciones de violencia”.
“A diferencia de lo que se piensa –apunta Novillo-, la inseguridad para las mujeres no está en las calles ni ocurre por parte de un desconocido; las situaciones de violencia contra las mujeres ocurren por parte de un conocido, del entorno familiar más cercano”.
Según ONU Mujeres, se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona, en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70% por ciento de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida.
Éste es el caso de Bolivia. La Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres 2016, del Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que de cada 100 mujeres casadas o unidas, de 15 años o más, 75 sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja en el transcurso de su relación.
Ante esta realidad, urge una transformación cultural. “A pesar de los intentos por visibilizar este fenómeno social, se encuentran posturas que contribuyen a la banalización de expresiones de violencia como el acoso sexual callejero, se invisibiliza la violencia psicológica y se niega la existencia de la violencia y el acoso político”, dice Novillo.
Para la Coordinadora de la Mujer, este sábado Bolivia vivirá otro 25 de noviembre más, porque luchar contra la violencia requiere voluntad, ya no sólo política, sino para reconocerla en la realidad.(25/11/17)
Nayra, Diana, Rosaura… ¿Cuántos nombres más se sumarán a la lista roja de feminicidios en el país? Han pasado más de cuatro años desde la promulgación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, Ley N° 348, sin embargo, la Coordinadora de la Mujer observa que pocos son los avances que se pueden destacar este 25 de noviembre, cuando se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
El caso de Nayra es uno de los últimos feminicidios que ha conmocionado a la sociedad paceña. Tenía 20 años y murió, según las investigaciones preliminares, después de que su enamorado le diera un golpe en el hígado que le provocó una hemorragia interna y, finalmente, terminó con su vida.
Sólo en el primer semestre de 2017, el Ministerio Público registró 33 feminicidios, los cuales se suman a los 300 ocurridos entre 2013 y 2016, según la misma fuente. Y en los últimos días, solo el departamento de La Paz ya superó el número de feminicidios con los que cerró la gestión pasada, 27. La Defensoría del Pueblo, en un informe especial, estimó que siete de cada diez mujeres bolivianas sufrieron abuso sexual alguna vez en su vida, lo que ubica a Bolivia como el segundo país de la región con mayores índices de violencia sexual.
Sobre lo último, en 2016, de las 18445 causas ingresadas a instancias policiales por la Ley 348, un total de 1521 tuvieron que ver con delitos de orden sexual: abuso sexual, violación y violación de niña, niño o adolescente, de acuerdo con datos del Consejo de la Magistratura.
En criterio de Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, preocupa de sobremanera que la edad de las mujeres víctimas de violencia sea cada vez menor y que persistan entre las jóvenes ideas y mitos sobre las relaciones de pareja que sostienen comportamientos de celos, control y violencia. “Éstos son asumidos como expresiones de amor y explican, en gran medida, cómo las mujeres desarrollamos dependencia emocional y en cómo devienen en situaciones de violencia”.
“A diferencia de lo que se piensa –apunta Novillo-, la inseguridad para las mujeres no está en las calles ni ocurre por parte de un desconocido; las situaciones de violencia contra las mujeres ocurren por parte de un conocido, del entorno familiar más cercano”.
Según ONU Mujeres, se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona, en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70% por ciento de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida.
Éste es el caso de Bolivia. La Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres 2016, del Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que de cada 100 mujeres casadas o unidas, de 15 años o más, 75 sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja en el transcurso de su relación.
Ante esta realidad, urge una transformación cultural. “A pesar de los intentos por visibilizar este fenómeno social, se encuentran posturas que contribuyen a la banalización de expresiones de violencia como el acoso sexual callejero, se invisibiliza la violencia psicológica y se niega la existencia de la violencia y el acoso político”, dice Novillo.
Para la Coordinadora de la Mujer, este sábado Bolivia vivirá otro 25 de noviembre más, porque luchar contra la violencia requiere voluntad, ya no sólo política, sino para reconocerla en la realidad.(25/11/17)
Nayra, Diana, Rosaura… ¿Cuántos nombres más se sumarán a la lista roja de feminicidios en el país? Han pasado más de cuatro años desde la promulgación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, Ley N° 348, sin embargo, la Coordinadora de la Mujer observa que pocos son los avances que se pueden destacar este 25 de noviembre, cuando se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
El caso de Nayra es uno de los últimos feminicidios que ha conmocionado a la sociedad paceña. Tenía 20 años y murió, según las investigaciones preliminares, después de que su enamorado le diera un golpe en el hígado que le provocó una hemorragia interna y, finalmente, terminó con su vida.
Sólo en el primer semestre de 2017, el Ministerio Público registró 33 feminicidios, los cuales se suman a los 300 ocurridos entre 2013 y 2016, según la misma fuente. Y en los últimos días, solo el departamento de La Paz ya superó el número de feminicidios con los que cerró la gestión pasada, 27. La Defensoría del Pueblo, en un informe especial, estimó que siete de cada diez mujeres bolivianas sufrieron abuso sexual alguna vez en su vida, lo que ubica a Bolivia como el segundo país de la región con mayores índices de violencia sexual.
Sobre lo último, en 2016, de las 18445 causas ingresadas a instancias policiales por la Ley 348, un total de 1521 tuvieron que ver con delitos de orden sexual: abuso sexual, violación y violación de niña, niño o adolescente, de acuerdo con datos del Consejo de la Magistratura.
En criterio de Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, preocupa de sobremanera que la edad de las mujeres víctimas de violencia sea cada vez menor y que persistan entre las jóvenes ideas y mitos sobre las relaciones de pareja que sostienen comportamientos de celos, control y violencia. “Éstos son asumidos como expresiones de amor y explican, en gran medida, cómo las mujeres desarrollamos dependencia emocional y en cómo devienen en situaciones de violencia”.
“A diferencia de lo que se piensa –apunta Novillo-, la inseguridad para las mujeres no está en las calles ni ocurre por parte de un desconocido; las situaciones de violencia contra las mujeres ocurren por parte de un conocido, del entorno familiar más cercano”.
Según ONU Mujeres, se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona, en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70% por ciento de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida.
Éste es el caso de Bolivia. La Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres 2016, del Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que de cada 100 mujeres casadas o unidas, de 15 años o más, 75 sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja en el transcurso de su relación.
Ante esta realidad, urge una transformación cultural. “A pesar de los intentos por visibilizar este fenómeno social, se encuentran posturas que contribuyen a la banalización de expresiones de violencia como el acoso sexual callejero, se invisibiliza la violencia psicológica y se niega la existencia de la violencia y el acoso político”, dice Novillo.
Para la Coordinadora de la Mujer, este sábado Bolivia vivirá otro 25 de noviembre más, porque luchar contra la violencia requiere voluntad, ya no sólo política, sino para reconocerla en la realidad.(25/11/17)