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La Paz, 6 de mayo de 2025.- La investigación Acoso sexual en la UMSA: percepción, vivencias y acciones para el cambio, realizada por la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) plantean la necesidad de contar con una estrategia integral que atienda esta problemática, que incluye la creación de una unidad especializada en la atención y prevención de violencias universitarias. Según dicho estudio, presentado este 6 de mayo, un 25% (uno de cada cuatro) de las y los estudiantes encuestados reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual dentro de esta casa de estudios superiores, y un 47% conoce a personas cercanas que los sufrieron.
Además de visibilizar la prevalencia del problema, el estudio identifica graves barreras para la denuncia, tales como el miedo a represalias, la desconfianza en las instancias institucionales, la normalización cultural de la violencia y los procesos administrativos largos y revictimizantes. Frente a este panorama, la investigación propone una intervención integral, que incluye la creación de la Unidad de Atención y Prevención de Violencias Universitarias (UAPVU), el diseño e implementación de un protocolo integral de prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexuales, el establecimiento de campañas de sensibilización permanentes y programas de formación obligatoria para autoridades, docentes, administrativos y estudiantes en temas de género y derechos humanos.
Principales hallazgos
El estudio, basado en una metodología de Investigación Acción Participativa Feminista, combinó encuestas digitales a 1.697 estudiantes, entrevistas a víctimas y grupos focales en las 13 facultades de la UMSA. De ese total, 423 reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual en el ámbito universitario, esto representa el 25% de la población estudiada; de ellos, 75,4% son mujeres, 23,4% son hombres y 1,18% son personas no binarias.
Las formas más frecuentes de hostigamiento y/o acoso sexual incluyen comentarios de índole sexual (24%), insinuaciones ambiguas o indirectas (12%), extorsiones u ofrecimientos indebidos (3%); conductas digitales: llamadas o correos (2%), amenazas (2) y proposiciones sexuales explícitas (1%).
Con relación a los/as agresores/as, de acuerdo con el estudio, en el 42,32% de los casos son los compañeros/as de clase y en el 36%, personas con autoridad académica, es decir, docentes, ayudantes académicos, superiores jerárquicos y tutores de tesis. En tanto, el 20% de las/os encuestadas/os prefirió no identificar al agresor, lo cual revela barreras emocionales, miedo o desconfianza en los mecanismos de denuncia.
Además de visibilizar la prevalencia del hostigamiento y/o acoso sexual, el estudio analiza los impactos que el acoso sexual genera en las víctimas: bajo rendimiento académico, abandono de materias o carreras, afectaciones emocionales severas (como ansiedad y depresión) y aislamiento social.
Tanto el hostigamiento como el acoso sexual son conductas violentas de carácter sexual no deseadas ni consentidas por la víctima, que impactan de manera desproporcionada a las mujeres. Mientras el hostigamiento sexual suele darse en relaciones jerárquicas de poder asimétrico (docentes-estudiantes), el acoso sexual se da entre pares (estudiantes).
El presente estudio es un esfuerzo conjunto de la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés, con el financiamiento de la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RFSU).
País: Bolivia
DescargarLa Paz, 6 de mayo de 2025.- La investigación Acoso sexual en la UMSA: percepción, vivencias y acciones para el cambio, realizada por la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) plantean la necesidad de contar con una estrategia integral que atienda esta problemática, que incluye la creación de una unidad especializada en la atención y prevención de violencias universitarias. Según dicho estudio, presentado este 6 de mayo, un 25% (uno de cada cuatro) de las y los estudiantes encuestados reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual dentro de esta casa de estudios superiores, y un 47% conoce a personas cercanas que los sufrieron.
Además de visibilizar la prevalencia del problema, el estudio identifica graves barreras para la denuncia, tales como el miedo a represalias, la desconfianza en las instancias institucionales, la normalización cultural de la violencia y los procesos administrativos largos y revictimizantes. Frente a este panorama, la investigación propone una intervención integral, que incluye la creación de la Unidad de Atención y Prevención de Violencias Universitarias (UAPVU), el diseño e implementación de un protocolo integral de prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexuales, el establecimiento de campañas de sensibilización permanentes y programas de formación obligatoria para autoridades, docentes, administrativos y estudiantes en temas de género y derechos humanos.
Principales hallazgos
El estudio, basado en una metodología de Investigación Acción Participativa Feminista, combinó encuestas digitales a 1.697 estudiantes, entrevistas a víctimas y grupos focales en las 13 facultades de la UMSA. De ese total, 423 reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual en el ámbito universitario, esto representa el 25% de la población estudiada; de ellos, 75,4% son mujeres, 23,4% son hombres y 1,18% son personas no binarias.
Las formas más frecuentes de hostigamiento y/o acoso sexual incluyen comentarios de índole sexual (24%), insinuaciones ambiguas o indirectas (12%), extorsiones u ofrecimientos indebidos (3%); conductas digitales: llamadas o correos (2%), amenazas (2) y proposiciones sexuales explícitas (1%).
Con relación a los/as agresores/as, de acuerdo con el estudio, en el 42,32% de los casos son los compañeros/as de clase y en el 36%, personas con autoridad académica, es decir, docentes, ayudantes académicos, superiores jerárquicos y tutores de tesis. En tanto, el 20% de las/os encuestadas/os prefirió no identificar al agresor, lo cual revela barreras emocionales, miedo o desconfianza en los mecanismos de denuncia.
Además de visibilizar la prevalencia del hostigamiento y/o acoso sexual, el estudio analiza los impactos que el acoso sexual genera en las víctimas: bajo rendimiento académico, abandono de materias o carreras, afectaciones emocionales severas (como ansiedad y depresión) y aislamiento social.
Tanto el hostigamiento como el acoso sexual son conductas violentas de carácter sexual no deseadas ni consentidas por la víctima, que impactan de manera desproporcionada a las mujeres. Mientras el hostigamiento sexual suele darse en relaciones jerárquicas de poder asimétrico (docentes-estudiantes), el acoso sexual se da entre pares (estudiantes).
El presente estudio es un esfuerzo conjunto de la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés, con el financiamiento de la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RFSU).
País: Bolivia
DescargarLa Paz, 6 de mayo de 2025.- La investigación Acoso sexual en la UMSA: percepción, vivencias y acciones para el cambio, realizada por la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) plantean la necesidad de contar con una estrategia integral que atienda esta problemática, que incluye la creación de una unidad especializada en la atención y prevención de violencias universitarias. Según dicho estudio, presentado este 6 de mayo, un 25% (uno de cada cuatro) de las y los estudiantes encuestados reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual dentro de esta casa de estudios superiores, y un 47% conoce a personas cercanas que los sufrieron.
Además de visibilizar la prevalencia del problema, el estudio identifica graves barreras para la denuncia, tales como el miedo a represalias, la desconfianza en las instancias institucionales, la normalización cultural de la violencia y los procesos administrativos largos y revictimizantes. Frente a este panorama, la investigación propone una intervención integral, que incluye la creación de la Unidad de Atención y Prevención de Violencias Universitarias (UAPVU), el diseño e implementación de un protocolo integral de prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexuales, el establecimiento de campañas de sensibilización permanentes y programas de formación obligatoria para autoridades, docentes, administrativos y estudiantes en temas de género y derechos humanos.
Principales hallazgos
El estudio, basado en una metodología de Investigación Acción Participativa Feminista, combinó encuestas digitales a 1.697 estudiantes, entrevistas a víctimas y grupos focales en las 13 facultades de la UMSA. De ese total, 423 reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual en el ámbito universitario, esto representa el 25% de la población estudiada; de ellos, 75,4% son mujeres, 23,4% son hombres y 1,18% son personas no binarias.
Las formas más frecuentes de hostigamiento y/o acoso sexual incluyen comentarios de índole sexual (24%), insinuaciones ambiguas o indirectas (12%), extorsiones u ofrecimientos indebidos (3%); conductas digitales: llamadas o correos (2%), amenazas (2) y proposiciones sexuales explícitas (1%).
Con relación a los/as agresores/as, de acuerdo con el estudio, en el 42,32% de los casos son los compañeros/as de clase y en el 36%, personas con autoridad académica, es decir, docentes, ayudantes académicos, superiores jerárquicos y tutores de tesis. En tanto, el 20% de las/os encuestadas/os prefirió no identificar al agresor, lo cual revela barreras emocionales, miedo o desconfianza en los mecanismos de denuncia.
Además de visibilizar la prevalencia del hostigamiento y/o acoso sexual, el estudio analiza los impactos que el acoso sexual genera en las víctimas: bajo rendimiento académico, abandono de materias o carreras, afectaciones emocionales severas (como ansiedad y depresión) y aislamiento social.
Tanto el hostigamiento como el acoso sexual son conductas violentas de carácter sexual no deseadas ni consentidas por la víctima, que impactan de manera desproporcionada a las mujeres. Mientras el hostigamiento sexual suele darse en relaciones jerárquicas de poder asimétrico (docentes-estudiantes), el acoso sexual se da entre pares (estudiantes).
El presente estudio es un esfuerzo conjunto de la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés, con el financiamiento de la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RFSU).
País: Bolivia
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Además de visibilizar la prevalencia del problema, el estudio identifica graves barreras para la denuncia, tales como el miedo a represalias, la desconfianza en las instancias institucionales, la normalización cultural de la violencia y los procesos administrativos largos y revictimizantes. Frente a este panorama, la investigación propone una intervención integral, que incluye la creación de la Unidad de Atención y Prevención de Violencias Universitarias (UAPVU), el diseño e implementación de un protocolo integral de prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexuales, el establecimiento de campañas de sensibilización permanentes y programas de formación obligatoria para autoridades, docentes, administrativos y estudiantes en temas de género y derechos humanos.
Principales hallazgos
El estudio, basado en una metodología de Investigación Acción Participativa Feminista, combinó encuestas digitales a 1.697 estudiantes, entrevistas a víctimas y grupos focales en las 13 facultades de la UMSA. De ese total, 423 reportaron haber sido víctimas de hostigamiento y/o acoso sexual en el ámbito universitario, esto representa el 25% de la población estudiada; de ellos, 75,4% son mujeres, 23,4% son hombres y 1,18% son personas no binarias.
Las formas más frecuentes de hostigamiento y/o acoso sexual incluyen comentarios de índole sexual (24%), insinuaciones ambiguas o indirectas (12%), extorsiones u ofrecimientos indebidos (3%); conductas digitales: llamadas o correos (2%), amenazas (2) y proposiciones sexuales explícitas (1%).
Con relación a los/as agresores/as, de acuerdo con el estudio, en el 42,32% de los casos son los compañeros/as de clase y en el 36%, personas con autoridad académica, es decir, docentes, ayudantes académicos, superiores jerárquicos y tutores de tesis. En tanto, el 20% de las/os encuestadas/os prefirió no identificar al agresor, lo cual revela barreras emocionales, miedo o desconfianza en los mecanismos de denuncia.
Además de visibilizar la prevalencia del hostigamiento y/o acoso sexual, el estudio analiza los impactos que el acoso sexual genera en las víctimas: bajo rendimiento académico, abandono de materias o carreras, afectaciones emocionales severas (como ansiedad y depresión) y aislamiento social.
Tanto el hostigamiento como el acoso sexual son conductas violentas de carácter sexual no deseadas ni consentidas por la víctima, que impactan de manera desproporcionada a las mujeres. Mientras el hostigamiento sexual suele darse en relaciones jerárquicas de poder asimétrico (docentes-estudiantes), el acoso sexual se da entre pares (estudiantes).
El presente estudio es un esfuerzo conjunto de la Coordinadora de la Mujer y la Universidad Mayor de San Andrés, con el financiamiento de la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RFSU).
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