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Organizaciones de mujeres analizan los nuevos desafíos del feminismo en Bolivia y la región



¿Cuáles son las amenazas del feminismo en la actualidad? ¿Qué aspectos se perfilan como oportunidades? ¿Cuáles son los desafíos de los movimientos de mujeres en Bolivia y en la región? Éstos fueron algunos de los ejes de la reflexión que reunió a más de 30 representantes de  organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer de todo el país con Clyde Soto, experta de la Articulación Feminista del Marcosur (AFM).

Bolivia, a través de la Coordinadora de la Mujer, forma parte de la AFM. Se trata de una corriente de pensamiento y acción política regional, cuyo objetivo principal es contribuir a generar los cambios necesarios para que los derechos de las mujeres de América Latina y el Caribe se amplíen y ejerzan en su totalidad.

En esta perspectiva, Clyde Soto lanzó el desafío: ¿cómo deben hacer las mujeres feministas de Bolivia para responder a las diferentes vertientes del feminismo en la región? ¿Cómo deben hacer para integrar ese debate?

En principio, Soto definió el feminismo como “una propuesta trasformadora de la sociedad, que lucha contra toda forma de fundamentalismo en el sentido no solamente religioso, sino político –liberal y neoliberal- ; un fundamentalismo que no acepta el pensamiento diferente, que es portador de la guerra, que justifica la guerra a nivel mundial. También hay un fundamentalismo económico”.

Las representantes de Mujeres en Acción (Tarija), el Centro de Apoyo a la Mujer y la Niñez (Cochabamba), Casa de la Mujer (Santa Cruz), Centro Gregoria Apaza (El Alto) y otras afiliadas a la Coordinadora de la Mujer, intercambiaron puntos de vista e identificaron las amenazas, las oportunidades y los focos de acción hacia dónde debe orientarse el movimiento de mujeres en Bolivia.

En términos de amenazas, algunos de los aspectos más importantes identificados fueron los siguientes: fundamentalismos políticos, económicos, culturales y, sobre todo, religiosos; retroceso por la abrogación del Sistema del Código Penal; debilidad institucional respecto a la lucha contra la violencia hacia la mujer; falta de apoyo de los medios de comunicación; visión patriarcal de las y los tomadores de decisiones; sistema político adverso a la paridad; formas de comunicar  tradicionales versus el “marketing del miedo”; complicidad y encubrimiento a los violentos; presupuestos insuficientes para la formulación e implementación de políticas públicas; dificultades para acceder a la cooperación internacional, entre otros.

Sobre lo último, Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, explicó que “el tema de los financiamientos tiene que ver con las tendencias internacionales. Las cooperaciones en acción civil son pocas y menos aún en género y derechos de la mujer. Hay que generar espacios en los que las cooperaciones puedan dialogar con la sociedad civil”.

En cuanto a oportunidades, las participantes coincidieron en señalar la importancia de  fortalecer alianzas con otras redes, con otras corrientes del feminismo. “Tenemos que tener la capacidad de reconocer las diferentes propuestas feministas, tener encuentros con ellas y articularnos como bloque”, apuntó María Ángela Sotelo, responsable de Gestión del Conocimiento de la Coordinadora de la Mujer.

El marco normativo favorable a las mujeres en el país; nuevas formas y espacios de comunicación; apropiación de espacios digitales para mostrar las agendas, propuestas y liderazgos de las mujeres; alianza con los Tribunales Departamentales Electorales; potencial joven para trabajar en el desmontaje de los patrones culturales; coyuntura electoral, entre otros, fueron mencionados como oportunidades por las representantes de las organizaciones feministas. 

Las participantes coincidieron en destacar la importancia de mirar más allá de la coyuntura electoral y proyectar una agenda que recoja, verdaderamente, las necesidades y preocupaciones de las mujeres en Bolivia. “Las próximas elecciones nacionales y subnacionales son una oportunidad para trabajar e incidir en políticas feministas. ¿Cómo hacer para que los mejores perfiles estén en las listas?”, planteó Sotelo, a tiempo de sistematizar las inquietudes principales de las participantes respecto a los focos de acción.

El encuentro contribuyó al proceso de fortalecimiento interno de la AFM, que a fines de mayo celebrará su asamblea general.

 

29 de Mayo del 2018

Organizaciones de mujeres analizan los nuevos desafíos del feminismo en Bolivia y la región



¿Cuáles son las amenazas del feminismo en la actualidad? ¿Qué aspectos se perfilan como oportunidades? ¿Cuáles son los desafíos de los movimientos de mujeres en Bolivia y en la región? Éstos fueron algunos de los ejes de la reflexión que reunió a más de 30 representantes de  organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer de todo el país con Clyde Soto, experta de la Articulación Feminista del Marcosur (AFM).

Bolivia, a través de la Coordinadora de la Mujer, forma parte de la AFM. Se trata de una corriente de pensamiento y acción política regional, cuyo objetivo principal es contribuir a generar los cambios necesarios para que los derechos de las mujeres de América Latina y el Caribe se amplíen y ejerzan en su totalidad.

En esta perspectiva, Clyde Soto lanzó el desafío: ¿cómo deben hacer las mujeres feministas de Bolivia para responder a las diferentes vertientes del feminismo en la región? ¿Cómo deben hacer para integrar ese debate?

En principio, Soto definió el feminismo como “una propuesta trasformadora de la sociedad, que lucha contra toda forma de fundamentalismo en el sentido no solamente religioso, sino político –liberal y neoliberal- ; un fundamentalismo que no acepta el pensamiento diferente, que es portador de la guerra, que justifica la guerra a nivel mundial. También hay un fundamentalismo económico”.

Las representantes de Mujeres en Acción (Tarija), el Centro de Apoyo a la Mujer y la Niñez (Cochabamba), Casa de la Mujer (Santa Cruz), Centro Gregoria Apaza (El Alto) y otras afiliadas a la Coordinadora de la Mujer, intercambiaron puntos de vista e identificaron las amenazas, las oportunidades y los focos de acción hacia dónde debe orientarse el movimiento de mujeres en Bolivia.

En términos de amenazas, algunos de los aspectos más importantes identificados fueron los siguientes: fundamentalismos políticos, económicos, culturales y, sobre todo, religiosos; retroceso por la abrogación del Sistema del Código Penal; debilidad institucional respecto a la lucha contra la violencia hacia la mujer; falta de apoyo de los medios de comunicación; visión patriarcal de las y los tomadores de decisiones; sistema político adverso a la paridad; formas de comunicar  tradicionales versus el “marketing del miedo”; complicidad y encubrimiento a los violentos; presupuestos insuficientes para la formulación e implementación de políticas públicas; dificultades para acceder a la cooperación internacional, entre otros.

Sobre lo último, Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, explicó que “el tema de los financiamientos tiene que ver con las tendencias internacionales. Las cooperaciones en acción civil son pocas y menos aún en género y derechos de la mujer. Hay que generar espacios en los que las cooperaciones puedan dialogar con la sociedad civil”.

En cuanto a oportunidades, las participantes coincidieron en señalar la importancia de  fortalecer alianzas con otras redes, con otras corrientes del feminismo. “Tenemos que tener la capacidad de reconocer las diferentes propuestas feministas, tener encuentros con ellas y articularnos como bloque”, apuntó María Ángela Sotelo, responsable de Gestión del Conocimiento de la Coordinadora de la Mujer.

El marco normativo favorable a las mujeres en el país; nuevas formas y espacios de comunicación; apropiación de espacios digitales para mostrar las agendas, propuestas y liderazgos de las mujeres; alianza con los Tribunales Departamentales Electorales; potencial joven para trabajar en el desmontaje de los patrones culturales; coyuntura electoral, entre otros, fueron mencionados como oportunidades por las representantes de las organizaciones feministas. 

Las participantes coincidieron en destacar la importancia de mirar más allá de la coyuntura electoral y proyectar una agenda que recoja, verdaderamente, las necesidades y preocupaciones de las mujeres en Bolivia. “Las próximas elecciones nacionales y subnacionales son una oportunidad para trabajar e incidir en políticas feministas. ¿Cómo hacer para que los mejores perfiles estén en las listas?”, planteó Sotelo, a tiempo de sistematizar las inquietudes principales de las participantes respecto a los focos de acción.

El encuentro contribuyó al proceso de fortalecimiento interno de la AFM, que a fines de mayo celebrará su asamblea general.

 

29 de Mayo del 2018

Organizaciones de mujeres analizan los nuevos desafíos del feminismo en Bolivia y la región



¿Cuáles son las amenazas del feminismo en la actualidad? ¿Qué aspectos se perfilan como oportunidades? ¿Cuáles son los desafíos de los movimientos de mujeres en Bolivia y en la región? Éstos fueron algunos de los ejes de la reflexión que reunió a más de 30 representantes de  organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer de todo el país con Clyde Soto, experta de la Articulación Feminista del Marcosur (AFM).

Bolivia, a través de la Coordinadora de la Mujer, forma parte de la AFM. Se trata de una corriente de pensamiento y acción política regional, cuyo objetivo principal es contribuir a generar los cambios necesarios para que los derechos de las mujeres de América Latina y el Caribe se amplíen y ejerzan en su totalidad.

En esta perspectiva, Clyde Soto lanzó el desafío: ¿cómo deben hacer las mujeres feministas de Bolivia para responder a las diferentes vertientes del feminismo en la región? ¿Cómo deben hacer para integrar ese debate?

En principio, Soto definió el feminismo como “una propuesta trasformadora de la sociedad, que lucha contra toda forma de fundamentalismo en el sentido no solamente religioso, sino político –liberal y neoliberal- ; un fundamentalismo que no acepta el pensamiento diferente, que es portador de la guerra, que justifica la guerra a nivel mundial. También hay un fundamentalismo económico”.

Las representantes de Mujeres en Acción (Tarija), el Centro de Apoyo a la Mujer y la Niñez (Cochabamba), Casa de la Mujer (Santa Cruz), Centro Gregoria Apaza (El Alto) y otras afiliadas a la Coordinadora de la Mujer, intercambiaron puntos de vista e identificaron las amenazas, las oportunidades y los focos de acción hacia dónde debe orientarse el movimiento de mujeres en Bolivia.

En términos de amenazas, algunos de los aspectos más importantes identificados fueron los siguientes: fundamentalismos políticos, económicos, culturales y, sobre todo, religiosos; retroceso por la abrogación del Sistema del Código Penal; debilidad institucional respecto a la lucha contra la violencia hacia la mujer; falta de apoyo de los medios de comunicación; visión patriarcal de las y los tomadores de decisiones; sistema político adverso a la paridad; formas de comunicar  tradicionales versus el “marketing del miedo”; complicidad y encubrimiento a los violentos; presupuestos insuficientes para la formulación e implementación de políticas públicas; dificultades para acceder a la cooperación internacional, entre otros.

Sobre lo último, Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, explicó que “el tema de los financiamientos tiene que ver con las tendencias internacionales. Las cooperaciones en acción civil son pocas y menos aún en género y derechos de la mujer. Hay que generar espacios en los que las cooperaciones puedan dialogar con la sociedad civil”.

En cuanto a oportunidades, las participantes coincidieron en señalar la importancia de  fortalecer alianzas con otras redes, con otras corrientes del feminismo. “Tenemos que tener la capacidad de reconocer las diferentes propuestas feministas, tener encuentros con ellas y articularnos como bloque”, apuntó María Ángela Sotelo, responsable de Gestión del Conocimiento de la Coordinadora de la Mujer.

El marco normativo favorable a las mujeres en el país; nuevas formas y espacios de comunicación; apropiación de espacios digitales para mostrar las agendas, propuestas y liderazgos de las mujeres; alianza con los Tribunales Departamentales Electorales; potencial joven para trabajar en el desmontaje de los patrones culturales; coyuntura electoral, entre otros, fueron mencionados como oportunidades por las representantes de las organizaciones feministas. 

Las participantes coincidieron en destacar la importancia de mirar más allá de la coyuntura electoral y proyectar una agenda que recoja, verdaderamente, las necesidades y preocupaciones de las mujeres en Bolivia. “Las próximas elecciones nacionales y subnacionales son una oportunidad para trabajar e incidir en políticas feministas. ¿Cómo hacer para que los mejores perfiles estén en las listas?”, planteó Sotelo, a tiempo de sistematizar las inquietudes principales de las participantes respecto a los focos de acción.

El encuentro contribuyó al proceso de fortalecimiento interno de la AFM, que a fines de mayo celebrará su asamblea general.