Sólo el 26,3% de candidatas militan en las organizaciones políticas por las que postulan


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La Paz, 16 de marzo de 2020 (CM/II).- Siete de las ocho organizaciones políticas en carrera electoral tienen un bajo porcentaje de militancia entre sus candidatas mujeres. En términos generales, el 63,8% de las candidatas de todas las fuerzas políticas no tienen registro de militancia alguna, mientras que el 26,3% están inscritas en la organización política por la que postulan (o uno de los partidos de la alianza), el 8% en filas de otro partido o alianza contendora y el 1,7% en una fuerza política que está fuera de la contienda electoral del 3 de mayo.

Por un lado, en partidos políticos como ADN y FPV, el 100% de sus candidatas no son sus militantes; en PANBOL, dicho porcentaje corresponde al 87,5%. En el otro extremo se encuentra el MAS-IPSP, con el 63,5% de militancia entre sus candidatas. En las demás fuerzas políticas el registro de militancia es muy bajo: 32,8% en JUNTOS; 16,6% en CC; 5,5% en LIBRE 21 y 3,3% en CREEMOS (ver gráfico 1).

En criterio de Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, las características especiales del actual proceso electoral pueden explicar de algún modo el bajo porcentaje de militancia en las candidaturas. “El carácter de urgencia de las Elecciones Generales probablemente haya dado lugar a una suerte de improvisación de las organizaciones políticas, por lo cual no han podido registrar muchas candidaturas con militancia y desarrollar una vida orgánica”.

El análisis fue realizado por el Observatorio de Género, en el marco de la campaña #Protagonistas: Paridad-Poder-Juventudes, con base en la información recogida y contrastada el 5 y 6 de marzo del sitio web del Tribunal Supremo Electoral (TSE): por un lado, las listas de candidaturas habilitadas publicadas a finales de febrero, y, por otro, la plataforma “Yo Participo” del TSE, diseñada para la consulta sobre militancia.

En ese marco, el gráfico 1 que acompaña esta nota resume y compara la militancia de las 631 candidatas habilitadas de las ocho organizaciones políticas que compiten en las Elecciones Generales 2020. Se distinguen cuatro categorías: 1) sin militancia, que refiere a candidatas que no están inscritas en el TSE como militantes de alguna organización política; 2) militancia en la organización por la cual se postulan; 3) militancia en una organización diferente a la que representan en las listas y que también irá a las urnas; y 4) militancia en una organización fuera de la competencia electoral.

Como se puede observar, en cuatro fuerzas políticas la no militancia supera el 90% y se aproxima al 100%. “Es el caso de ADN, FPV, CREEMOS y LIBRE 21”, afirma Novillo. “La mayor parte de las candidatas son independientes, no tienen una vida orgánica de partido. Si bien esto puede ser visto como una virtud en términos de renovación, también puede significar una debilidad para encarar posturas conjuntas como organización política” (más análisis, líneas abajo).

En el caso de las juventudes –otro ámbito de seguimiento de la campaña #Protagonistas– también es el MAS-IPSP la única organización política que tiene una importante militancia entre sus candidatos y candidatas jóvenes (50%). En las otras siete fuerzas políticas, la militancia de sus candidaturas jóvenes no llega a la mitad (ver gráfico 2).

Análisis

Según la Ley N° 1096, la militancia es requisito para la constitución de las organizaciones políticas (partidos y agrupaciones ciudadanas) y para la celebración de primarias en Elecciones Generales, que, para este proceso, se obvió por la premura. El padrón de militantes es el instrumento que tiene la autoridad electoral para organizar estos dos actos fundamentales y poder realizar el respectivo control de cumplimiento en las organizaciones políticas.

Sin embargo, en el pasado, el padrón de militantes tuvo muchos problemas y denuncias de parte de la ciudadanía, principalmente debido a inscripciones sin consentimiento que se hubieran registrado en determinadas organizaciones políticas del país. A raíz de dichas denuncias, el TSE abrió un mecanismo para eliminar la militancia involuntaria. A pesar de los problemas suscitados, el padrón de militantes constituye un instrumento legal y válido en tanto rija la Ley de Organizaciones Políticas.

La administración del padrón es responsabilidad del organismo electoral, pero el contenido del mismo es responsabilidad de los partidos políticos o agrupaciones ciudadanas. Asimismo, cada persona puede verificar su condición (o no) de militante y, en caso de haber sido registrado sin consentimiento, anular o eliminar su militancia.

Las implicancias de la militancia o no militancia para una candidatura pueden ser variadas dentro de las organizaciones políticas. Algunos refieren a que las y los candidatos militantes tienden a ser más leales a ellas, y en el caso de que resulten autoridades electas, implicaría una mayor disciplina al mandato del partido o alianza al momento de la toma de decisiones. Otro efecto probable es el de mayor conexión con las cúpulas partidarias, que, en mayor o menor medida, puede generar un escenario más propicio para los consensos multipartidarios.

Más allá de estos posibles impactos, queda claro que la militancia formal es un fenómeno que ha ido en disminución no solamente en Bolivia, sino en todo el mundo. Esto se refleja con claridad en el hecho de que las juventudes, en general, presentan menores porcentajes de militancia. A pesar de esta realidad, la disminución de registros de militancia, y, en este caso, de candidaturas con militancia, no implica directamente un menor activismo y, más bien, abre la puerta a los consensos multipartidarios en temas específicos que vayan más allá de las directrices partidarias cerradas.

 

La campaña #Protagonistas: Paridad-Poder-Juventudes es una iniciativa de la Coordinadora de la Mujer e IDEA Internacional, con el apoyo de la Embajada de Suecia.



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