La Paz, 10 de diciembre de 2020 (CM/II).- Cuando faltan pocos días para la inscripción de candidaturas por parte de las organizaciones políticas, se barajan muchos nombres para ocupar las principales sillas de las gobernaciones y municipios del país; sin embargo, pocos corresponden a mujeres. Organizaciones de mujeres del país alientan a los partidos y alianzas políticas a apostar más por las candidaturas femeninas, para reducir la brecha de género en la representación política subnacional a nivel de los cargos ejecutivos.

Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, red que agrupa a 22 organizaciones de mujeres a nivel nacional, sostiene que en los periodos electorales como el presente ocurre un fenómeno que ella denomina “síndrome de la mujer invisible” y que es atribuible a la resistencia que tradicionalmente han puesto las organizaciones políticas a la inclusión de las mujeres en la política. “En el momento de la elaboración de las listas de candidaturas las mujeres desaparecen del espectro político, pero cuando hay que confeccionar banderas, recaudar fondos, organizar mítines y caravanas, están en primera línea”.

En 2010, Betty Zenteno se convirtió en la alcaldesa más joven de Bolivia al asumir, a los 26 años de edad, el gobierno municipal de Escara, en el departamento Oruro. En 2015, la joven nuevamente fue reelegida para el cargo por el Movimiento Al Socialismo (MAS). Ahora, su nombre suena entre las precandidaturas al gobierno departamental de Oruro.

En 2015 también llamó la atención Soledad Chapetón, quien a la edad de 34 años se hizo con la silla edil de la ciudad más joven y una de las más pujantes de Bolivia, El Alto. En 2010, Chapetón ya había postulado al mismo cargo y en 2014, también sin éxito, a una senaduría por Unidad Nacional.   

Zenteno y Chapetón fueron parte de las 28 mujeres (8,2%) que resultaron electas como alcaldesas en las Elecciones Subnacionales 2015, siguiendo el mismo patrón que en los cuatro procesos electorales previos. Entre 1995 –primera elección de autoridades municipales tras la aprobación de la Ley de Participación Popular y 2015–, la presencia de mujeres en los máximos cargos de los gobiernos municipales fue del 2,9% al 8,2%, es decir, mínima con relación a la de sus pares masculinos (ver tabla 1).

La brecha de género es mucho mayor cuando se trata de gobiernos departamentales. Entre 2005 –año de la primera elección de autoridades ejecutivas departamentales por voto popular- y 2015, el porcentaje de mujeres electas para prefecturas y gobernaciones (desde 2010) es del 0%. Es decir que en ninguno de los tres procesos electorales celebrados en ese periodo una mujer resultó electa como primera autoridad departamental (ver tabla 2).

“Este es el tiempo en que los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas deben mostrar su compromiso con la paridad, superando la ceguera al buscar candidatas mujeres, previniendo situaciones de acoso y violencia política, y asegurando el cumplimiento de la paridad en las listas”, afirma Novillo.

Según el calendario electoral, el próximo 18 y 19 de diciembre, los partidos y alianzas políticas  deberán presentar sus listas de candidaturas, a partir de lo cual, en el marco de sus atribuciones, el ente electoral –a través de los Tribunales Electorales Departamentales-- deberá realizar una verificación y control permanentes del cumplimiento de la paridad y alternancia durante todo el ciclo electoral.

Cabe recordar que las disposiciones de la Ley 026 del Régimen Electoral referentes a la presentación de candidaturas son aplicables a las elecciones municipales y departamentales. Aquellos departamentos que aprobaron estatutos autonómicos y cuentan con leyes electorales departamentales, como Pando, deben cumplir dichas disposiciones no solo en el nivel legislativo, sino también en el ejecutivo.//

Nos interesa tu opinión