Emprender

7 de cada 10 emprendimientos nacieron en plena pandemia, según estudio en 8 municipios

La necesidad de económica desafió la inventiva de muchas mujeres y jóvenes bolivianos a quienes la pandemia dejó con las manos vacías. Según un estudio de línea base desarrollado en ocho municipios del país, siete de cada diez emprendimientos actuales nacieron en contexto covid-19 y cuatro de cada diez están haciendo esfuerzos por reactivarlos.

El mencionado estudio fue realizado este año por la Coordinadora de la Mujer, la ONG FIE, el Centro de Capacitación e Investigación de la Mujer Campesina de Tarija (CCIMCAT), el Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI) y la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE), para poner en marcha la iniciativa “Mujeres, jóvenes y adolescentes acelerando la Ruta 2030: Por el cumplimiento y exigibilidad del derecho a la Educación y los derechos económicos afectados post pandemia Covid-19”, con el financiamiento de la Unión Europea.

Recientemente, esta iniciativa lanzó una convocatoria dirigida a mujeres y jóvenes de entre 18 y 40 años de edad, de Quillacollo, Colcapirhua, Cochabamba, La Paz, El Alto, Padcaya, Entre Ríos y Yacuiba, municipios donde se implementa el proyecto. Se espera alcanzar a 400 jóvenes y mujeres que cuenten con micro y pequeñas empresas, y 500 emprendimientos de subsistencia.

De acuerdo al citado estudio, realizado en base a una muestra representativa de 960 mujeres y jóvenes emprendedores de los ocho municipios, el 75% de los emprendimientos actuales no tienen más de tres años de antigüedad, vale decir que nacieron en plena la pandemia. Según las motivaciones, el 61% creó su negocio por necesidad o subsistencia, mientras que el 39% por oportunidad (ver cuadro).

En cuanto al estado de los emprendimientos, para junio de este año, solo el 34% de los negocios estaba en funcionamiento; el 44% en proceso de reactivación; el 13% paralizado y el 9% era de reciente creación (menor a 1 año). Otro hallazgo fue que los emprendimientos de mujeres generaban menos ingresos que el de los hombres: 57% de ellas generaba menos de mil bolivianos al mes, mientras que el 59% de ellos generaban entre mil y tres mil bolivianos al mes.

“El desempleo, la precariedad laboral y el incremento del trabajo de cuidados no remunerado impactaron de manera particular en la autonomía económica de las mujeres, quienes, en muchos casos, se vieron en la necesidad de apostar por pequeños y esporádicos emprendimientos que les permita generar ingresos

económicos para sus familias. Lo propio las y los jóvenes”, dice Tania Sánchez, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer.

Es el caso de Paola Rivera, una joven de 26 años que puso en marcha su emprendimiento de elaboración de empanadas en plena cuarentena. “Como no podíamos salir de casa, me preocupaba no generar ingresos y, además, ver a mi abuelita y a mi hija encerradas sin actividad. Entonces, comenzamos a elaborar empanadas para mantenernos activas y para ganar dinero. Nos fue bien al principio, pero cuando las cosas casi volvieron a la normalidad tuve que parar porque ya no vendía bien”, cuenta Paola, que se ganó el nombre de “La Sra. Masa” en nombre de su emprendimiento.

Al igual que Paola, mujeres y jóvenes ya se han registrado en el proyecto (https://www.coordinadoradelamujer.org.bo/emprender/), cuyo plazo está abierto hasta el 14 de octubre. El objetivo es iniciar un proceso de fortalecimiento de capacidades que incluye resiliencia empresarial, desarrollo de habilidades digitales, diversificación y desarrollo de productos y de mercados, incursión en plataformas digitales y fortalecimiento de habilidades blandas.

Pero la iniciativa no sólo está orientada al ámbito del emprendedurismo, sino que tiene otros dos componentes: educación integral e incidencia. El primero busca llegar a 960 estudiantes de secundaria del sistema regular y del alternativo, con temáticas como liderazgo e incidencia, igualdad de género, lucha contra la violencia, educación integral para la sexualidad y STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés; el segundo busca contribuir a generar espacios de diálogo para la exigibilidad desde la sociedad civil al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacia la ruta 2030.

Así, “Aprender y fortalecer para emprender”, nombre con el que es conocida esta iniciativa, se presenta como una posibilidad esperanzadora para cerca de dos mil mujeres y jóvenes del país. Con la premisa de que la crisis también puede ser una oportunidad, esta iniciativa desafía a mujeres y jóvenes a “reinventarse” en la post pandemia.//